COMPARTIENDO SABERES, CONSTRUYENDO SABORES, CONOCIENDO SENTIRES
Autor/es:
» Gabriela Noel Barrera
» Sara Inés Carpio Villalba
» Agustina Almendra Fantilli
» Susana Beatriz Aranda
» Sofía Griselda Cuggino
» Julia Mariel Wirtz Baker
» Judith Betsabé Grill
» Ana Elizabeth de la Horra
Descripción:
Responsables del proyecto
Dra. Prof. Gabriela N Barrera-Directora
Dra. Prof. Sara Carpio- Co-directora
Contacto: Ana de la Horra, ana.delahorra@unc.edu.ar
Universidad-Unidades académicas
Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales-UNC, Facultad de Artes-UNC e Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos Córdoba-CONICET-UNC
Equipo extensionista
Dra. Ana E de la Horra-Becaria de extensión-UNC-Colegio Nacional de Monserrat
Lic. Judith B Grill-Becaria de extensión-UNC
Lic. Prof. Sofia G Cuggino-Integrante
Lic. Susana Aranda-Integrante
Lic. Julia Baker- Integrante
Lic. Agustina A Fantilli-Integrante
Instituciones y organizaciones involucradas
Dispositivo Integral de Abordaje Territorial (DIAT) Villa El Libertador -SEDRONAR y Cooperativa Trabajo y Dignidad
Objetivo general
Explorar, comprender, interiorizar y aplicar saberes vinculados a los aspectos tecnológicos y nutricionales de la elaboración de alimentos producidos y consumidos en las copas de leche en un espacio de intercambio de saberes desde la educación popular
Objetivos específicos
Identificar las propiedades de los ingredientes utilizados y conocer nuevos, sus aspectos tecnológicos y nutricionales, y cómo incorporarlos a las preparaciones
Reflexionar y recuperar saberes populares sobre la preparación de alimentos y los aspectos emotivo/afectivos alrededor de los mismos y del cocinar y comer juntos (transversal a todo el proyecto)
Descubrir a las artes visuales como una herramienta para repensar las prácticas y comunicar saberes, emociones y trayectorias.
Transmitir a la comunidad los saberes recuperados, adquiridos y desarrollados
Actividades desarrolladas
El proyecto “Compartiendo saberes, construyendo sabores, conociendo sentires” desarrolló durante el año 2020 una propuesta interdisciplinar con tres copas de leche que funcionan en la zona Sur de la ciudad de Córdoba Capital, Argentina. Las copas de leche son espacios fundamentales para la ingesta diaria de alimentos de más de 140 niños, niñas y adolescentes. Sin embargo, las mujeres que las gestionan y realizan poseían escasos conocimientos sobre el impacto tecnológico y nutricional de los recursos materiales disponibles (ingredientes y utensilios) y tecnologías y metodologías de preparación disponibles. Además, las preparaciones culinarias que realizaban resultaban poco variadas y nutritivas.
En respuesta al interés de las cocineras comunitarias de incorporar saberes tecnológicos y nutricionales en las preparaciones de los alimentos que se entregan, se plantearon los objetivos anteriormente planteados. El proyecto se llevó a cabo a través de encuentros semanales en formato de sesiones de cocina comunitaria, taller plástico-visual y rondas de reflexión para abordar las problemáticas planteadas por las mujeres encargadas de las copas de leche. Los encuentros se desarrollaron desde la lógica de la educación popular y sensible, una educación que implica en su práctica poner el cuerpo y las emociones, como así también la construcción colectiva de conocimientos. El aporte que como profesionales se planteó desde diferentes disciplinas se basó en dar una respuesta desde los saberes teóricos, técnicos, prácticos y disciplinares a las necesidades concretas que se presentaron, tanto en la preparación de alimentos como en el tipo de encuentros propuestos. Entendiendo a las artes como un derecho de todos y todas y una herramienta que posibilita encontrarnos desde lo más sensitivo; generando otros modos de comunicarnos, construyendo conocimiento desde el lenguaje de las artes visuales, ponderando este saber tan importante como lo es el lógico/racional. A su vez el proyecto contempló etapas de socialización y de difusión a la comunidad de todo lo trabajado en los encuentros, a través de un recetario comunitario y una producción audiovisual; entre otras actividades. Los encuentros fueron configurados y realizados por las becarias, con el apoyo de la directora y co-directora del proyecto, además de la participación del resto de los integrantes del equipo de trabajo. A continuación, se detallan algunos de los encuentros realizados.
Ronda de reflexión: ¿Qué sucede cuando cocinamos juntas?
El objetivo de este encuentro fue reflexionar en torno a la importancia del encuentro comunitario y el trabajo que hacen las mujeres en las copas de leche. Se realizó una lectura participativa del cuento “La piedra de hacer sopa”. Seguidamente se analizó la historia compartida utilizando las preguntas OPAPA: ¿Qué observan en la historia que acabamos de contar/representar?, ¿Qué podemos aprender de las actitudes de los personajes?, ¿Sucede esto cuando se juntan a cocinar durante la semana?, ¿Qué sucedió cuando los recursos fueron muy escasos?, ¿Cómo se sintieron?, ¿Cómo lo solucionaron?, ¿Por qué creen que pasa esto en su comunidad?, ¿Cómo podríamos solucionarlo? Se presentaron los objetivos de trabajo y el cronograma anual, bajo un formato que permitía modificar fechas y encuentros según intereses y otras actividades de la comunidad. Como primer encuentro formal del proyecto, se pudo obtener un panorama inicial del grupo. A partir de la lectura del cuento, se facilitó la palabra entre todas al reflexionar sobre el trabajo comunitario que realizan, al contar sus propias experiencias, rescatando la importancia del vínculo afectivo entre las participantes y del servicio que dedican al trabajo. Las mujeres pudieron compartir sobre sus recetas familiares, y se habló de la posibilidad de incorporarlas en las meriendas que cocinan, haciendo hincapié en el valor emocional de cada alimento.
Ronda de reflexión: Importancia de los nutrientes en los alimentos
Los objetivos de este encuentro fueron reflexionar sobre la importancia de los nutrientes en la alimentación (presencia y variedad) y recuperar saberes e incorporar otros nuevos sobre las funciones de los nutrientes en el organismo y alimentos en donde se encuentran. A través del juego de mesa Yenga se invitó a las mujeres a compartir acerca de si conocían y/o consumían alimentos con nutrientes esenciales para una buena alimentación. Posteriormente, por medio de una dinámica con imágenes y tarjetas se recuperaron saberes sobre las distintas funciones de los alimentos y sus nutrientes. La dinámica del Yenga permitió relacionar la buena alimentación del cuerpo con una torre en pie, mientras que la caída de la misma simbolizó la falta o escasa presencia de nutrientes esenciales. A partir de la dinámica con imágenes y tarjetas, se hizo visible que las mujeres sabían acerca de las funciones de los distintos alimentos y podían identificar correctamente cuáles nutrientes formaban parte de los alimentos presentados. Al mismo tiempo, algunas compartieron experiencias personales y familiares relacionadas a los beneficios de consumir ciertos alimentos y cómo esos saberes se habían transmitido en su familia.
Sesión de cocina comunitaria: No hay pan que por bien no venga
En este encuentro se buscó que las participantes conozcan acerca de la importancia nutricional de la fibra alimentaria y cómo incorporarla en el pan, como así también que recuperen e incorporen saberes acerca de la elaboración de pan, los cambios que ocurren en los componentes del alimento durante el proceso y cómo afecta la incorporación de fibra a la elaboración y la calidad final. Para tal fin se presentaron los ingredientes y utensilios con los que se iba a cocinar y se trabajó sobre los pasos de la receta y los distintos aportes nutricionales de la chía, avena, salvado de trigo y harina integral como fuentes de fibra. Se recuperaron los saberes de las mujeres en relación a cómo utilizar los ingredientes y los cambios que ocurren durante el proceso de elaboración. Finalmente se reconstruyó la receta con los diferentes pasos de la panificación, se anotaron en carteles, junto con imágenes ilustrativas que representaban una estética no convencional, algunas eran fotografías de intervenciones de artistas. A través de las cuales se buscaba animar a las mujeres a percibir los ingredientes, la masa y finalmente el pan de formas distintas a las conocidas o populares.
Taller plástico visual: ¿Cómo gestionar recursos/donaciones?
Los objetivos del encuentro fueron reflexionar acerca de las estrategias que las mujeres utilizan para conseguir los recursos necesarios para el funcionamiento de los merenderos. Visualizar las dificultades que las mujeres enfrentan en la búsqueda y adquisición de los recursos y conocer herramientas y alternativas útiles y accesibles que faciliten su tarea.
Mediante actividades plástico-visuales, se trabajó sobre la idea de la “Merienda de mis sueños”. Se realizó un collage que habilitó el pensar sobre cuáles eran los beneficios y dificultades de conseguir los alimentos de manera individual o como grupo de trabajo. También se construyó colectivamente una nota para solicitar recursos. Esta actividad surgió como fruto del interés de las mujeres, siendo que es una práctica habitual y necesaria en estos espacios, saber cómo y a quién dirigirse para obtener recursos. Se partió de las propias experiencias y conocimientos de las mujeres en esta práctica para avanzar con el taller. Las cocineras ya contaban con una nota, pero no escrita por ellas, por lo que se reforzó en las partes de la nota, para poder reconocer cuándo están ante una nota informal y otra formal, y qué se usa en cada caso. Se acompañó a las mujeres en la inscripción en el Banco de Alimentos Córdoba, para recibir donaciones. Y si bien las copas de leche quedaron en lista de espera debido a la gran necesidad, fue importante aplicar lo trabajado en el taller en una instancia concreta de búsqueda de recursos. Creemos en la importancia de los talleres prácticos y no tan solo teóricos, y en la reiteración de los mismos, para que se puedan asentar los conocimientos.
Sesión de cocina comunitaria y taller plástico visual: ¿Quién dijo que las verduras solo se comen en ensalada?
El objetivo de este taller fue incorporar y recuperar saberes acerca de los beneficios de cocinar con verduras y frutas y cómo incorporarlos en una preparación conocida. También se buscó que las participantes reflexionaran acerca de la estética de los ingredientes que se promocionan en el mercado. Se prepararon budines con diferentes verduras y frutas, como remolacha, zanahoria, banana y jengibre, ya que el budín es uno de los alimentos que se entrega en la copa de leche. Se realizaron ilustraciones de los ingredientes utilizados y se reflexionó sobre la cultura visual que nos rodea y cómo ésta atraviesa los alimentos que se consumen y la elección de los mismos a la hora de comprarlos. Las mujeres compartieron sus experiencias con este tipo de preparaciones, pero no era conocido para algunas de ellas la incorporación de verduras en los mismos.
Ronda de reflexión: El rol de las cocineras comunitarias
En este encuentro se buscó que las mujeres pudieran reflexionar sobre su rol como cocineras comunitarias, narrar acerca del pasado, presente y futuro de sus equipos de trabajo y construir participativa y comunitariamente la estructura y contenido del recetario comunitario. En primer lugar, se recuperó la idea de recetario tradicional y se lo comparó con un recetario comunitario, acentuando las diferencias en cuanto a objetivos, contenido (historias, recetas, fotos, recursos), estética, soporte y autoría. Seguidamente transcurrieron dos instancias que se plantearon siguiendo la lógica de tejido en tendedero. El primer momento apuntaba a trabajar sobre quienes eran las protagonistas del recetario y que rol cumplían en su equipo de trabajo y en la comunidad, para finalmente elegir por consenso el nombre de la sección del recetario que las presentaría, “Las Cocineritas”. Seguidamente se reflexionó de manera colectiva acerca de experiencias, desafíos, anécdotas, dificultades o aspectos de su rol y trabajo que consideraban importantes visibilizar, invitándolas a realizar un recorrido en el tiempo. Una vez realizada esa instancia de reflexión se acordaron tres preguntas a modo de guía de la narrativa, una para cada momento, pasado, presente y futuro del trabajo que realizan en la copa de leche. Se registró a través de video el relato de cada mujer en torno a las tres preguntas para la posterior inclusión en el recetario y realización de un video a modo de recurso útil para difundir el trabajo de los equipos.
Resultados
Como fruto del trabajo en conjunto con las mujeres se llevaron a cabo dos producciones artísticas:
Recetario Comunitario: esta producción de formato libro arte, fue conformada colaborativamente con las mujeres. Incluye su impronta personal, su historia, sus recetas y las que se realizaron a lo largo del proyecto. También posee diferentes recursos y dinámicas planteados desde la educación Popular, para leer la realidad y poder entenderla, pero también pensar y desarrollar posibilidades concretas para transformarla.
Video Cocineras Comunitarias - Preguntas, pensamientos y sueños: es el resultado de instancias de reflexión colectiva entre las cocineras acerca de experiencias, desafíos, anécdotas, dificultades o aspectos de su rol y trabajo que consideraban importantes visibilizar, realizando a la vez un recorrido en el tiempo. La narrativa del video fue acordada por las mujeres y ronda en torno a tres preguntas que recorren el pasado, presente y futuro del trabajo que realizan en la copa de leche.
Se realizaron intervenciones barriales. La primera, fue una invitación abierta al barrio por medio de grupos de WhatsApp, redes del DIAT, boca en boca, para participar del taller “¿Cómo gestionar recursos/donaciones?”. Además, se realizó un encuentro de cierre, presencial, en donde se compartió acerca del proyecto a través de la presentación del video Cocineras Comunitarias - Preguntas, pensamientos y sueños, y entrega del Recetario Comunitario en formato papel. El recorrido transitado durante el proyecto se compartió también con el resto de la comunidad barrial y académica a través de diferentes publicaciones.
Las mujeres expresaron que el proyecto significó una instancia de amplio intercambio de opiniones o formas de hacer las cosas y les permitió conocerse más entre ellas, resaltando que más allá de las diferencias todas persiguen un mismo sueño. El espacio configurado por el proyecto les permitió a las participantes adquirir aprendizajes sobre cómo incorporar a su alimentación hogareña y en las copas de leche, ingredientes más nutritivos; como frutas, verduras y yogur. Los encuentros permitieron visibilizar las formas en las que organizan su trabajo y los obstáculos que enfrentan, como así también brindar algunas herramientas teórico prácticas para afrontarlos.
Dentro de las debilidades mencionamos los impedimentos que la pandemia generó para encontrarse y realizar algunas actividades. El registro del recorrido barrial que las mujeres realizan para adquirir los alimentos y elementos necesarios para cocinar y la construcción participativa y análisis del mapa, no pudieron realizarse debido al aislamiento social preventivo y obligatorio. Sin embargo, la actividad se planteó y quedó a disposición de los equipos de trabajo de cada copa de leche como recurso didáctico en el Recetario Comunitario.
Conclusiones y proyecciones
Creemos que el proyecto puso en el centro de la escena a las mujeres, las formas en las que vienen trabajando, sus iniciativas, sus recetas, sus herramientas para resolver, su capacidad de innovar, que sus voces tuvieran un espacio en donde sonar. Es claro que la pandemia de por medio, limitó el intercambio y el alcance de varios de los objetivos propuestos. La falta de acceso a recursos tan necesarios como internet y computadoras para poder comunicarse, dificultaron aún más el acompañamiento cotidiano. Pudimos observar que las mujeres priorizaron la resolución de problemáticas más urgentes y de necesidades básicas que se potenciaron durante el aislamiento, y no hubo oportunidad de realizar los intercambios grupales virtuales, como hubiésemos preferido. Quedó demostrado que el encuentro presencial es irremplazable, que lo que se entrecruza en el cara a cara tiene un valor emocional y pedagógico, que no se logra con otras instancias, que para alcanzar un intercambio más democrático, es necesario reunirnos y hacer circular la palabra y los abrazos. Pero aún así se pudo capitalizar cada encuentro para fortalecer el diálogo de saberes con las mujeres, para realizar producciones como el recetario y los videos, con la impronta personal de cada una.
Resuena una pregunta de fondo, desde que se realizaron las primeras entrevistas, hasta los últimos encuentros: ¿cómo potenciar la transformación del proyecto hacia una herramienta que facilite el cambio de la realidad cotidiana de las participantes? Nos interesa hacer principal hincapié en lo participativo del método. Fue nuestro esfuerzo que el proyecto sea activamente participativo, ¿pero es posible que hayan quedado cabos sueltos? ¿Que, por la misma urgencia de seguir la agenda académica y sortear la pandemia, hayamos sido resolutivas como extensionistas, sin abrir al diálogo y al intercambio conjunto y colectivo? Como proyección para la continuidad del proyecto con otro grupo de cocineras comunitarias nos propusimos la utilización de herramientas que potencien el trabajo comunitario participativo y promuevan el espíritu investigativo, como el FotoVoz. Creemos que es necesario encontrar alternativas metodológicas que nos permitan ser facilitadores de la comunidad, de manera tal que las personas que la conforman sean las artífices de decidir, gestar y dar continuidad a los cambios en su realidad cotidiana y para que la comunidad académica se deje permear por este paradigma.